jueves, agosto 18, 2005

Un día de furia


Si amigos... un día en la carretera sin aire acondicionado en pleno mes de agosto puede ser un infierno. Y cuando a uno le toca como hoy me ha tocado a mi es cuando sitúa al nivel de obra maestra la película "Un día de furia" que protagonizara el actor con nombre de chicle. Para quien no la haya visto la recomiendo vivamente. Es el proceso de desquiciamiento de un ejecutivo en su coche, en medio de un atasco, con un calor de mil pares de cojines, con la jodida mosca rondándote mientras tratas de crear una corriente de aire infernal que te hace sudar más todavía. Cerrar la ventanilla es todavía peor porque parece que el oxígeno se te va a acabar. Además llegas a la jodida muga franco-española (Vive l´Europe sans frontiers!) y te encuentras un atasco de narices que hace que ni siquiera puedas crear esa corriente de aire infernal. Tu espalda suda, tu culo suda, el calzoncillo y tu sois un único ente... Enchufas el ventilador del coche, éste emite fuego y encima te llena la cara del polvo que tenía acumulado porque nunca tuviste tiempo para limpiarlo... ¡jódete por guarro! Y además la policía de aduanas (Vive l´Europe sans frontiers!) te para a ti por ser joven y tener aspecto de joven. Te despegas del asiento, sales del coche, abres el maletero, abres la maleta que tantas horas te había costado organizar... Llegas tarde a tu cita, te pone mala cara y no te dirige la palabra en todo el viaje. Le explicas, no escucha... lo único que sabe decir es: "A ver cuándo pones aire acondicionado".

Falta de atención


La falta de atención es uno de los problemas más habituales entre los escolares y parte del motivo del fracaso escolar. Sin embargo, a tenor de la fotografía, no se encontraba en dicha etapa el religioso Roger De Taizé quien, no obstante, sufrió también los problemas de la misma. De Taizé, fundador de la comunidad ecuménica Taizé, fue asesinado el pasado martes. La autora, de nombre Luminita (sin duda un nombre de fe), explicó que "quería hablar" con el hermano Roger pero que "no lo había conseguido porque había demasiada gente", y que entonces "quiso llamar su atención". En APÁTICO 2005 hemos conseguido las declaraciones de Taizé en exclusiva al llegar al cielo: "...........................".

Civismo cinematográfico


Es probable que el término "talibán del cine" (Ezequiel dixit) sea adecuado para definir mis condicionamientos apriorísticos para compartir sala de cine con otra persona. Pero llega un punto en la larga trayectoria como cinéfilo en que uno no está dispuesto a soportar ciertas actitudes en la sala cuando se trata de disfrutar de una obra de creación que para mi requiere de un respeto máximo. Sin embargo creo - y si me equivoco que alguien me corrija - que no existen normas escritas sobre el comportamiento al respecto si no que es el (tantas veces pisoteado) sentido común el que debiera practicarse en estos casos. Pero he aquí un problema: ¿quién tiene el sentido común?

Como adalid que he sido siempre del correcto (aparentemente) comportamiento en una sala de cine hoy he tenido la oportunidad de comprobar que tal comportamiento quizá no era tan correcto. Tras ver "Al Descubierto: Guerra en Irak" he sido "reprendido" por uno de mis compañeros de sesión por haber emitido ciertas risas (más bien pequeñas sonrisas sonoras más que carcajadas) como reacción a ciertas reflexiones e imágenes que procedían de la pantalla. Si bien considero la risa como una parte razonable y cívica del espectador de cine parece ser que si ésta molesta al vecino no es tan correcta. Entre los razonamientos dados por el "ofendido" estaba que la connotación ideológica de la risa respecto a lo visto en pantalla puede molestar y distraer a otros espectadores. ¿Es sólo correcta la risa en el cine en una película de pretendido humor? ¿Está prohibida la risa en un documental? ¿Sólo es risible lo aparentemente cómico? ¿Qué es cómico y qué no lo es? Pero, ¿de verdad existe un comportamiento correcto en el cine? ¿Cuál es? ¿Es este mensaje una gilipollez?