Comentario: Club de las 7 (6/10/2005)
Será porque tiene muchas cosas en su cabeza. No está en edad de demencia senil, pero yo me lo haría mirar. El síntoma se le ha repetido ya en un par de ocasiones.
Miguel Sanz Sesma, presidente del Gobierno de Navarra y de Unión del Pueblo Navarro, tuvo la desfachatez de asegurar que la prensa había ido por detrás del Ejecutivo en el llamado “caso Egüés”, en contraposición con otros casos revelados por los medios como los de Urralburu y Otano. Ninguno de los asistentes al Consejo Político de UPN se percató de la amnesia de su dirigente ni tuvo que contenerse un ataque de vergüenza. O tenían la cabeza en otro sitio o le miraban sin escucharle. Para cualquier auditorio informado, la afirmación de Sanz hubiera sido motivo de chanza y chirigota.
Cuando “Diario de Noticias” desveló el caso Egüés o caso Galipienzo, Sanz reaccionó feroz con amenaza de querellas, desacreditó la información y se lamentó del dolor de la familia del alcalde de Egüés. Esa es la verdad. Sanz mintió el otro día ante el Consejo Político de su partido, disciplinado y mudo hasta para tragarse falsedades.
Es más: publicado está y no desmentido que la oposición municipal del Valle advirtió de sus sospechas a varios altos dirigentes del partido, algunos con cargos institucionales. Por si fuera poco, UPN prestó su sede oficial, su sala de prensa, para que Galipienzo hilvanara un discurso de inocencia. Sólo cuando las orejas del lobo empezaron a adornar el escudo de UPN, el partido provocó la salida de Galipienzo, a la que el propio interesado otorga un carácter transitorio.
Miguel Sanz Sesma, presidente del Gobierno de Navarra y de Unión del Pueblo Navarro, tuvo la desfachatez de asegurar que la prensa había ido por detrás del Ejecutivo en el llamado “caso Egüés”, en contraposición con otros casos revelados por los medios como los de Urralburu y Otano. Ninguno de los asistentes al Consejo Político de UPN se percató de la amnesia de su dirigente ni tuvo que contenerse un ataque de vergüenza. O tenían la cabeza en otro sitio o le miraban sin escucharle. Para cualquier auditorio informado, la afirmación de Sanz hubiera sido motivo de chanza y chirigota.
Cuando “Diario de Noticias” desveló el caso Egüés o caso Galipienzo, Sanz reaccionó feroz con amenaza de querellas, desacreditó la información y se lamentó del dolor de la familia del alcalde de Egüés. Esa es la verdad. Sanz mintió el otro día ante el Consejo Político de su partido, disciplinado y mudo hasta para tragarse falsedades.
Es más: publicado está y no desmentido que la oposición municipal del Valle advirtió de sus sospechas a varios altos dirigentes del partido, algunos con cargos institucionales. Por si fuera poco, UPN prestó su sede oficial, su sala de prensa, para que Galipienzo hilvanara un discurso de inocencia. Sólo cuando las orejas del lobo empezaron a adornar el escudo de UPN, el partido provocó la salida de Galipienzo, a la que el propio interesado otorga un carácter transitorio.
El presidente Sanz anda un tanto distraído. Estuvo horas sin enterarse de que más de un 80% de la sociedad navarra cree que existe alguna corrupción en las instituciones,- ni miró los despachos de agencia en su ordenador -, y ahora va a tener que entrar en el servicio de hemeroteca de “Diario de Noticias”, que es gratuito. Recuperar la memoria le va a salir gratis.
Autor: Carlos Pérez Conde ("Comentario" del "Club de las 7" de la Cadena SER en Navarra).
posted by Apatico 2005 @ 7:15 p. m.
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