Comentario: Club de las 7 (22/11/2005)
Los extremos se tocan en su capacidad para la majadería política.
Unión del Pueblo Navarra echa las culpas a Ignacio Galipienzo en las conclusiones regionalistas tras quedar cerrada la comisión parlamentaria de investigación del “Caso Egüés”. Las culpas políticas, con independencia de las posibles responsabilidades judiciales. Todas las culpas políticas son para él. UPN recrimina a su ex – alcalde que tuviera una actuación éticamente reprobable.
Unión del Pueblo Navarro mantiene en este caso una actitud farisaica, porque UPN conocía que su alcalde en Egüés, que renunció a la dedicación exclusiva al Ayuntamiento, desempeñaba una actividad laboral relacionada con la intermediación en urbanismo y vivienda, territorio muy delicado cuando se ostenta tan alta responsabilidad municipal. Nadie niega que se pueda hacer de modo honesto, pero, con tanto precedente de corrupción y corruptelas, no es la mejor profesión para la presunción de honestidad de un político local. Pero, además y sobre todo, UPN estaba sobre aviso de las inquietantes maniobras de su alcalde, implicado también en asuntos de nombramientos municipales llevados a los tribunales porque la discrecionalidad política había interferido en el procedimiento técnico. Es decir, Ignacio Galipienzo organizó todo a su conveniencia: el grupo político municipal y algunos puestos del organigrama técnico municipal. Su nivel de vida era asimismo llamativo.
Galipienzo era uno de los jóvenes valores de UPN, uno de sus talentos emergentes, gobernaba con mayoría absoluta. UPN le defendió con firmeza y amenazas ante las primeras denuncias. No auditó su gestión desde los órganos del partido ante los avisos y los indicios. El grupo municipal regionalista en Egüés calló y otorgó; dejó hacer. Tampoco la consejería foral de Vivienda, en manos de gobierno de UPN, cultivó el máximo celo.
Galipienzo hizo lo que hizo como alcalde de UPN y los partidos han de responder de sus cargos públicos. Alguna responsabilidad tiene quien los pone.
Unión del Pueblo Navarra echa las culpas a Ignacio Galipienzo en las conclusiones regionalistas tras quedar cerrada la comisión parlamentaria de investigación del “Caso Egüés”. Las culpas políticas, con independencia de las posibles responsabilidades judiciales. Todas las culpas políticas son para él. UPN recrimina a su ex – alcalde que tuviera una actuación éticamente reprobable.
Unión del Pueblo Navarro mantiene en este caso una actitud farisaica, porque UPN conocía que su alcalde en Egüés, que renunció a la dedicación exclusiva al Ayuntamiento, desempeñaba una actividad laboral relacionada con la intermediación en urbanismo y vivienda, territorio muy delicado cuando se ostenta tan alta responsabilidad municipal. Nadie niega que se pueda hacer de modo honesto, pero, con tanto precedente de corrupción y corruptelas, no es la mejor profesión para la presunción de honestidad de un político local. Pero, además y sobre todo, UPN estaba sobre aviso de las inquietantes maniobras de su alcalde, implicado también en asuntos de nombramientos municipales llevados a los tribunales porque la discrecionalidad política había interferido en el procedimiento técnico. Es decir, Ignacio Galipienzo organizó todo a su conveniencia: el grupo político municipal y algunos puestos del organigrama técnico municipal. Su nivel de vida era asimismo llamativo.
Galipienzo era uno de los jóvenes valores de UPN, uno de sus talentos emergentes, gobernaba con mayoría absoluta. UPN le defendió con firmeza y amenazas ante las primeras denuncias. No auditó su gestión desde los órganos del partido ante los avisos y los indicios. El grupo municipal regionalista en Egüés calló y otorgó; dejó hacer. Tampoco la consejería foral de Vivienda, en manos de gobierno de UPN, cultivó el máximo celo.
Galipienzo hizo lo que hizo como alcalde de UPN y los partidos han de responder de sus cargos públicos. Alguna responsabilidad tiene quien los pone.
Tampoco Nafarroa Bai anda muy fina. La coalición considera insuficiente el gasto previsto por el Estado en Navarra para 2006, pero no votará en contra en las Cortes Generales. Sólo se abstendrá. Motivo: no coincidir con el voto del PP, en el que se encuadra UPN. Una estética política mema por encima de la contundencia en el rechazo. Las formas, más substantivas que el fondo. Eso no es la izquierda.
Autor: Carlos Pérez Conde ("Comentario" del "Club de las 7" de la Cadena SER en Navarra).