El Foro de Ermua, una asociación cívica combativa contra los nacionalismos periféricos, anuncia que el 21 de enero, sábado, presentará en Pamplona (Paseo de Sarasate, 12.30 horas) su manifiesto "Por la unidad de España, por la igualdad y la solidaridad de todos". El escenario elegido limita con el Palacio de Navarra, sede del Gobierno, y con el Parlamento, sede de la soberanía popular, e incluye el Monumento a los Fueros de Navarra. No parece, pues, que la elección sean banal. El Foro pretendió también un portavoz navarro vistoso, pero Lola Eguren, ex-presidenta del Parlamento, declinó la invitación. Según la página del Foro en Internet, será al final Del Burgo quien intervenga. Se le presenta como foralista, sin mención a su condición de diputado a Cortes por UPN.
El Foro de Ermua denuncia en su manifiesto "que los nacionalismos vasco y catalán han constituido la vanguardia de una ofensiva continuada y sistemática contra la unidad constitucional de España, coordinando estrategias para debilitar al Estado, romper las normas constitucionales y disolver la nación española, tratando de imponer a sus ciudadanos un proyecto de raíz etnocultural y esencialista que sería la antesala de un nuevo totalitarismo".
La denuncia tiene aires y presagios tremendistas. Es más, el Foro de Ermua considera, incluso, arriesgado que nos acostumbremos a debatir, "como si fura algo normal, puntualiza", proyectos que van contra la noción de España. ¿No incurre en totalitarismo quien trata de evitar cualquier tipo de debate?
El Foro de Ermua previene a la ciudadanía sobre que es "una inadmisible y delirante tergiversación que se identifique como reaccionaria la unidad de los españoles o la propia idea de España y se considere progresista la Cataluña o Euskal Herria insolidarias e independientes con las que sueñan los nacionalistas". ¿Por qué identifican independencia con insolidaridad? ¿Acaso España no es solidario con otros Estados? En cuanto al carácter reaccionario o progresista de un régimen, y al margen de lo desgastado de los términos, eso no lo da el hecho de su independencia sino su voluntad política y sus gentes.
Tampoco sublimemos la Constitución del 78, la de la indisoluble unidad de España tutelada por las armas del Ejército, pues de los casi 27 millones de electores, no llegaron a 16 millones quienes le dieron el voto afirmativo y casi 9 se abstuvieron de votar. Las tres provincias del País Vasco superaron el 40% de abstención y Navarra se contó entre las regiones menos entusiastas. Por cierto que el pueblo navarro nunca ha tenido oportunidad de votar directamente su Estatuto de Autonomía o Amejoramiento del Fuero.
Hay un aspecto inquietante en las propuestas del Foro de Ermua: la eliminación de las asimetrías competenciales y, sobre todo, los privilegios fiscales y financieros que aún existen. Se refiere con toda probabilidad al convenio navarro y al concierto vasco. Llegado ese punto del manifiesto, quizá Sanz tenga que asomarse al balcón del Salón del Trono para replicar a los oradores.
Autor: Carlos Pérez Conde ("Comentario" del "Club de las 7" de la Cadena SER en Navarra).
