viernes, septiembre 30, 2005

El "Che Guevara" de Puerto Rico

Mi buen amigo Alberto Varela me envía esta noticia publicada en "El Mundo" esta semana como muestra de hasta dónde llega la mano del imperialismo.

Uno de los líderes más importantes del Ejército Popular Boricua, Filiberto Ojeda Ríos, de 72 años, murió desangrado a causa de un disparo durante un tiroteo cerca de su casa en el pueblo de Hormigueros, como parte de un operativo del FBI para su captura.

Cambió la guitarra y la trompeta y su profesión de músico por un fusil, con la convicción de que la lucha armada sería el camino para la independencia de Puerto Rico.

Libró una lucha clandestina por más de 30 años y logró burlar a las autoridades estadounidenses en más de una ocasión. Su primer intento de constituir una organización armada fue en 1967, con la creación del Movimiento Independentista Revolucionario Armado (MIRA), seis años después de haberse mudado a Cuba junto a su familia, donde se cree que formó parte de los servicios de espionaje de Fidel Castro.

Sin embargo, su actividad guerrillera se hace más patente a principios de los 80, cuando un grupo de la organización Los Macheteros, que lideraba, y la que, según él, nace casualmente el 26 de julio de 1976, mismo día en que 20 años antes Fidel Castro comandaba el asalto al Cuartel Moncada, en Cuba, ataca la Base Aérea Muñiz, destruyendo nueve cazabombarderos del Ejército de los EEUU. Posteriormente, el 12 de septiembre de 1983, llevó a cabo el asalto a un camión de la Wells Fargo en West Hartford, Connecticut (EEUU), del que obtuvo un botín de 7,2 millones de dólares. Ojeda destinó el dinero a la subvención de la lucha armada y repartió una parte entre las gentes de los barrios más pobres de Puerto Rico.

En agosto de 1985, luego de batirse a tiros con agentes federales en su apartamento en un pueblo de la costa norte de la isla, fue arrestado. Después fue absuelto de este incidente por el Tribunal Federal de Puerto Rico, pero permaneció encarcelado a la espera de juicio por el asalto de la Wells Fargo. Estando en prisión en Nueva York, el 23 de septiembre de 1988, durante la celebración de los actos que conmemoraban el 120 aniversario del Grito de Lares, en el que un grupo de nacionalistas puertorriqueños se levantaron en armas infructuosamente reclamando su independencia de España, se leyó un mensaje enviado por Filiberto Ojeda en el que se autoproclamaba fundador de Los Macheteros y afirmaba que moriría como tal "hasta el día que todos logremos conquistar la victoria y la libertad plena".

Ese mismo año fue excarcelado gracias a la fianza millonaria que familiares y amigos pagaron. En 1990, todavía en espera de juicio por el robo de los 7,2 millones de dólares, se desprendió del grillete electrónico que llevaba en el tobillo y que servía para tenerle controlado y se convirtió en prófugo. Provocó así, una caza infructuosa por parte de las autoridades federales que duró años. Por más de una década integró la lista de los más buscados del FBI, pero encontró siempre la manera de camuflarse y escabullirse. Mientras, un juez de Connecticut le condenaba en ausencia a 55 años de prisión por el atraco contra la Wells Fargo.

Su condición clandestina no le impidió seguir su actividad separatista, que ya contaba con un currículo bastante amplio de robos de armas, bancos y transportes con dinero, e incluso un atentado a un autobús de marinos militares, que se cobró la vida de dos personas, de las seis muertes que se atribuye a la actividad de Los Macheteros.

En los últimos años se dedicó a conceder algunas entrevistas a la prensa y a enviar mensajes a los independentistas. Incluso se le atribuyeron varios atentados aislados. En 1999 el FBI ofrecía medio millón de dólares a quien diera pistas para su arresto. Irónicamente, el 23 de septiembre de este año, mientras en Lares se escuchaba un mensaje grabado del líder independentista, en el que hacía una llamada a la unidad de las organizaciones políticas que luchan por la independencia de Puerto Rico, se realizaba el operativo que acabaría con su vida.

Casi un centenar de agentes rodearon su casa. Ojeda recibió un disparo que le atravesó el cuerpo y salió por la espalda. Según los forenses, falleció desangrado en las 20 horas en las que el FBI mantuvo la casa cercada tras el tirotero sin informar a las autoridades locales de la operación. El gobernador de Puerto Rico, Aníbal Acevedo Vilá, ha expresado su "profunda indignación" por este hecho y ha exigido una investigación para aclarar si se le dejó desangrarse sin asistencia. Hasta el arzobispo de San Juan ha deplorado que se eligiera el 137 aniversario del Grito de Lares para terminar con Ojeda Ríos.

Fue el final del considerado por los más apasionados como el Che Guevara puertorriqueño, quien apeló hasta su muerte al levantamiento contra el alegado imperialismo estadounidense, y creyó, profesó y practicó, como otros muchos caudillos latinoamericanos, la lucha armada como la única manera de cambiar la situación de una nación.