sábado, septiembre 24, 2005

Eurobasket 05: Semis: Alemania 74 - España 73

Venía yo caminando para casa pensando en las razones de que España juegue mañana la final por el bronce y, después de darle muchas vueltas, he encontrado la razón. Algo ha fallado en Chez Bonaut (subsede oficial del Eurobasket 05). Estaba todo preparado. Los globitos hinchables Barclaycard, la misma disposición frente al televisor, un marcador parejo al descanso y... ¡la cena! ¡Faltaba el jamón! Estaba el queso, el lomo... ¿dónde estaba el jamón? En vez de la pata negra frita del viernes una deliciosa tortilla de patata. Deliciosa... pero tortilla al fin y al cabo. Ahí ha estado la clave. Bueno, ahí y en que Nowitzki es hoy por hoy uno de los mejores jugadores del mundo y que nos ha enchufado la canasta decisiva a falta de tres segundos del final. Y eso que hemos vuelto a ver a Dios - tranquilos, este furor místico caduca mañana en torno a las 20 horas - cuando los chicos de Pesquera han realizado una tremenda remontada y se han colocado uno arriba a falta de trece segundos.

Tengo la sensación de que Alemania no ha ganado si no que ha sido España la que ha perdido la posibilidad de enfrentarse a Grecia en la otra final, la del oro. Pero, sea como fuere, que te metan 13 triples (es decir, 39 puntos) y que tu metas 2 (es decir, 6 puntitos) no es buen síntoma. Y aunque el duelo de anotadores de este campeonato, el mano a mano Nowitzki - Navarro, ha terminado en tablas (27 para cada uno) no es lo mismo el 5 de 10 intentos del alemán tanto en tiros de dos como en triples que el 0 de 5 en triples del del Barça. Y eso que España ha recuperado una versión aceptable de Carlos Jiménez (9 rebotes), Fran Vázquez ha vuelto a imponerse en los minutos que ha estado en cancha (15 puntos), De Miguel ha hecho un clinic defensivo... pero Garbajosa no ha estado y cada vez que nos íbamos ellos venían. Cada vez que España tomaba ventajas considerables los alemanes volvían a afinar la puntería de fuera.

En fin... a descansar y a pensar que podemos volver al podio por cuarta ocasión consecutiva. Y para eso hay que ganar a Francia. Y las medallas cuentan para la historia.