domingo, diciembre 18, 2005

Benedicto ("Meteoritos" 18/12/2005)

El "tío Bene", Benedicto Ecay, fue uno de los promotores de las fiestas del barrio de La Navarrería; fiestas de barrio, de burgo viejo, con empaque de fiestas pequeñas de Pamplona. Tiraba un cohete y empezaban. Lo de la mecha en mano infantil es moderno. Un homónimo suyo, Benedicto XVI, prenderá el año que viene el primer cohete de las Fiestas de San Fermín. Un chupinazo de noticia a siete meses largos del chupinazo festivo. El Arzobispo Sebastián y la alcaldesa Barcina lo han concertado con extrema discreción, con máximo sigilo. Secreto de confesión. Su cautela es diplomática: no está claro todavía que el Santo Padre disponga de unas horas para desplazarse al Castillo de Javier con motivo del Año Javeriano, quinto centenario del nacimiento del misionero. Esa omisión podría molestar en el Palacio de Navarra, sabido el interés del Presidente Sanz y del consejero de Cultura y Turismo, Corpas, por una visita del Papa a Navarra en efemérides tan señalada; un respaldo con resonancia universal. Fue lo primero que indagaron en Roma. Preguntado durante un encuentro en la Universidad, el portavoz del Vaticano lo vio difícil. Navarro Valls exhibió entonces su acreditada finura de tacto, aunque conocía este proyecto factible gracias a una visita del Papa a Valencia los días 8 y 9 de julio. Sin embargo, según fuentes vaticanas, Benedicto XVI prefiere participar en la función religiosa de vísperas,- acto religioso que durante siglos dio comienzo a las fiestas patronales -, lo que podría a su vez favorecer la recuperación de la Marcha a Vísperas o Riau-Riau -, y en la procesión de San Fermín, expresión multitudinaria, entusiasta y fervorosa de conjunción de la tradición y de la religión. En fiestas del pueblo, hasta un ateo se echa al hombro las andas del Santo o la Santa o implora acojonado la protección del capotillo antes del encierro. Vísperas y procesión pondrían contrapunto de seriedad a la frivolidad del balcón del chupinazo. La alcaldesa se apuntará un éxito electoral con la recuperación del riau-riau,- últimos Sanfermines antes de las siguientes elecciones locales -, y tendrá una bendita razón para negar la mecha del chupinazo a Aralar, grupo al que señala la rotación y en el que todos ven a Nafarroa Bai y su inquietante incorporación al mapa político foral en 2007. De paso, el Papa evitará incomodar al Opus Dei, tan asentado e influyente en nuestra Comunidad, ante la imposibilidad de pasar por el Santuario de Torreciudad, en la cercana Huesca. Complacer a los jesuitas de Javier e incomodar aquí a los seguidores de Escrivá de Balaguer no parece prudente. Benedicto XVI se sumará así a la exigua lista de personas ajenas a la Corporación municipal a quienes ha cabido el honor de abrir las Fiestas. Benedicto XVI, el "tío Bene".

Autor:
Carlos Pérez Conde (Publicado en "Diario de Noticias" de Navarra el domingo 18 de Diciembre 2005).