miércoles, diciembre 14, 2005

Comentario: Club de las 7 (14/12/2005)

Los taxistas de Pamplona secundaron una hora nacional de paro por el asesinato de un compañero de Bilbao.

Los representantes de nuestros taxistas dejaron dicho que Pamplona ya no es lo que era en cuestión de seguridad. Que puede ser una ciudad más segura que otras, pero que le niegan la patente de "ciudad segura". Hay que vivir la noche, dicen, para entenderlo.

Los profesionales del taxi, que ahora están en negociaciones con la Administración para aplicar en la práctica la regulación comarcal del sector, reclaman más seguridad. La tecnología actual contribuye a la permanente localización de cada vehículo y la activación de un dispositivo de pánico alerta de inmediato a la central y podría hacerlo a la Policía. Son elementos de disuasión si son conocidos por el potencial delincuente. Pero hacen falta más medidas y la más disuasoria parece ser la colocación de mamparas que separen al conductor de los pasajeros. Imprescindible, desde luego, a cierta horas y en ciertos destinos. Por prudencia, por prevención. Suena radical, pero nadie niega su efectividad. Tendría, desde luego, la comprensión social.

Los taxistas han de elegir entre seguridad y libertad. La libertad de espacio les permite un servicio más humanizado, pero la delimitación de un espacio de seguridad quitaría el miedo al desconocido. "Es como ir en un búnker", se lamentan. El búnker guardaría dinero, pero, sobre todo, guardaría la integridad de sus vidas. Las mamparas son una inversión necesaria. Por desgracia, la excepcionalidad de una agresión mortal hace la regla de la previsión.

Un aspecto más a tratar dentro de la mejora de este servicio público tan necesitado de reformas.

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Lo que mal empieza tiene sus serios tropiezos, cuando no acaba mal.

El Tribunal Superior de Justicia de Navarra, en concreto su Sala de lo Contencioso-Administrativo, ha zanjado un procedimiento judicial puesto en marcha por la Fundación "Auditorio de Barañáin". La Fundación solía exhibir en sus anuncios y en su escenario los días que iban pasando sin subvención del Gobierno de Navarra, una subvención, a la que según la sentencia, no tenía derecho en 2004. En 2005, no se presentó al programa de ayudas. El Tribunal no aprecia arbitrariedad ni error en la denegación. Ni la Fundación lo ha probado ni el Tribunal lo aprecia de oficio.


De la misma manera, el Ayuntamiento de Barañáin no ha recibido ayudas en los dos últimos ejercicios porque durante este período ha carecido de coordinador cultural en su plantilla. Las bases de las ayudas exigen tenerlo, argumenta el departamento de Cultura.

Con su pan se lo han comido, porque el Ayuntamiento despidió de modo improcedente a su coordinadora cultural; incluso, optó por la indemnización antes que por la readmisión. Es más, el equipo de gobierno, presidido por un alcalde que se dice de izquierdas y es devoto de la revolución cubana, se las apañó para burlar la votación del pleno de la Corporación.

De aquellos polvos, estos lodos.

Autor:
Carlos Pérez Conde ("Comentario" del "Club de las 7" de la Cadena SER en Navarra).