miércoles, noviembre 09, 2005

Comentario: Club de las 7 (8/11/2005)

Debate sobre el estado de las autonomías. Promotor: el presidente Rodríguez Zapatero. Escenario: el Senado, todavía sin ajustar como cámara autonómica, mera instancia de segunda lectura de los proyectos de Ley en la configuración de las Cortes Generales. Ausente voluntario: el lehendakari Ibarretxe, de rabieta porque su plan no fue admitido a trámite como lo ha sido el catalán. Ausente forzoso: el presidente extremeño, Rodríguez Ibarra, aquejado de un infarto agudo de miocardio. Quizá su ausencia evitó que lo padeciera algún otro dirigente socialista.

El presidente Sanz olvidó que es el presidente de todos los navarros y habló con la sensibilidad de presidente de Unión del Pueblo Navarro. Pidió a Zapatero que aclarase si en 2007 el PSN pactará o no con los nacionalistas.

Sanz se confundió de foro. La respuesta a su pregunta interesa a todos, menos al propio PSN y, por extensión, al propio PSOE. La respuesta interesa e importa a Nafarroa Bai, e incluso por separado a sus distintos y diferentes componentes actuales y futuros, a Izquierda Unida, a CDN y, por supuesto, a UPN. Pero al PSN-PSOE no le interesa responderla ni la responderá hasta bien vistos sus próximos resultados electorales, a cuya prospectiva el efecto Zapatero cada vez aporta menos.

Sanz utilizó el debate sobre el estado de las autonomías con excesiva perspectiva partidista: ni era el sitio y el momento para formular esa pregunta de declaración de intenciones electorales, ni para reclamar la supresión de la Disposición Transitoria Cuarta (el Parlamento de Navarra tiene que instarlo ante el Congreso de los Diputados en una reforma constitucional), ni para echar una mano al Partido Popular, que tendrá bien medidos los pros y los contras de su actual estrategia política.

Sanz estaba en el debate sobre el estado de las Autonomías para defender el derecho de Navarra a promover la reforma del Amejoramiento del Fuero (su Estatuto de Autonomía, en expresión más coloquial), para hacer valer el respeto a Navarra en un proceso de paz, para tratar de explicar la solidaridad de nuestro Convenio económico con el Estado y para reclamar que el Gobierno de turno no sea partidista y sectario en las inversiones del Estado en la Comunidad Foral. Esos son derechos y actuaciones que afectan a todos los navarros, desde los más representados en el Parlamento hasta los extraparlamentarios.

Lo que vaya a hacer el PSN-PSOE en el legítimo juego electoral,- de lo que hay ejemplos diversos en Cataluña, Galicia, País Vasco o Valencia-, es cosa de los socialistas. Y con su pan se lo comerán.

Autor:
Carlos Pérez Conde ("Comentario" del "Club de las 7" de la Cadena SER en Navarra).