viernes, noviembre 18, 2005

Comentario: Club de las 7 (17/11/2005)

Lo malo es que, de la sorpresa, empitonó a los parlamentarios de la comisión correspondiente del Parlamento vasco. Y del susto, les dejó mudos; o eso cuentan las crónicas periodísticas.

El secretario general adjunto de la confederación empresarial vasca Confebask, desvinculó de un plumazo la siniestralidad laboral de la contratación temporal. Desacreditó las cifras oficiales y descalificó a los sindicatos por su “torticera”, acusó, relación causa-efecto entre siniestralidad laboral, temporalidad y subcontratación.

Sustentó su astucia dialéctica en dos tretas que le fueron consentidas: aparcó la siniestralidad en la construcción, porque a su juicio es un elemento distorsionador de la estadística, y puso como ejemplo a las mujeres, princesas de la contratación temporal, que tienen, sin embargo, entre cinco y siete veces menos accidentes que los hombres. Aún dijo más de la construcción: si hay tanto accidente es por la forma de construir: vertical, con muchos pisos, más peligrosa que la forma horizontal ahora preponderante en el resto de Europa. Además, el uso a la europea de más elementos prefabricados reduciría la tasa de accidentes entre quienes suben los ladrillos. Entre la Administración, siguió lanzado, se accidentan más los de la Ertzaintza que los de Medio Ambiente.

El secretario general adjunto de los empresarios vascos,- cualquier día dejará de ser adjunto para alcanzar la titularidad pura del cargo-, concluyó su discurso con una profecía:”la subcontratación es un fenómeno bueno e imparable porque es un factor de competitividad”.

En su opinión, la solución a la alta siniestralidad laboral pasa por atajar la falta de cultura en prevención de riesgos, más derivados de la actividad del empleado que de su contrato. En ese punto, le asaltó y transmitió una duda y un estremecimiento: “¿qué cultura de prevención de riesgos puede haber en un país que se divierte corriendo delante de los toros?”.

Ahí nos ha tocado la fibra pamplonica: la siniestralidad en el encierro, y sobre todo la de carácter mortal, es mínima en proporción al riesgo y al número de participantes. Pero mejor que lo ignore porque es capaz de poner en las obras hornacinas con la imagen de San Fermín como capotillo protector de la insumisión empresarial al cumplimiento de la ley.

El portavoz empresarial no sólo se apellida Bilbao, Jon Bilbao, sino que parece ser de Bilbao. Todo un echao p’alante.

Autor:
Carlos Pérez Conde ("Comentario" del "Club de las 7" de la Cadena SER en Navarra).