martes, noviembre 15, 2005

Comentario: Club de las 7 (15/11/2005)

El Arzobispo de Pamplona, Fernando Sebastián, no acudió a la manifestación del sábado pasado en Madrid. Don Fernando considera que la situación “no se remedia con escaramuzas políticas, aunque está bien que los ciudadanos católicos defiendan sus legítimos derechos utilizando pacíficamente los recursos civiles y políticos que la democracia les ofrece”.

Como cualificado teólogo, el Arzobispo Sebastián prefiere ir al fondo del asunto. Estima que “el recelo a la presencia de la religión católica en la escuela pública es sólo la punta del iceberg”, que “más hondamente, algunos dirigentes piensan que la religión, toda religión, es mala y perjudicial, porque es falsa, porque secuestra la libertad del hombre, porque hace que la energía creadora de la persona se pierda en vanas fantasías, porque nos impide ver el mundo con ojos limpios y disfrutar libremente de la vida”, y que los políticos “respetarían más la religión si supieran que los ciudadanos la estiman de verdad y valoran su política religiosa a la hora de darles o negarles el voto”.

Fernando Sebastián analiza que “no podemos pensar que el decaimiento de la fe y la marginación social de la fe cristiana son consecuencia de una determinada política. El mal, asegura Sebastián, es más profundo. La incredulidad, el desinterés por la religión, el abandono de la Iglesia nace en el corazón de las personas, aunque hay causas ambientales que favorecen estos fenómenos”. Concluye que “la deserción de los cristianos y el aumento de la increencia es asunto de los corazones y no de la política”.

Recuerda y reclama así el apostolado como el objetivo número uno de la Iglesia y de los católicos “en esta hora de la humildad, de la paciencia y de la esperanza”.

Argumenta, sin embargo, el Arzobispo Sebastián en su última “Carta desde la fe” que “el 80% de los padres españoles quieren que sus hijos sean educados en la religión católica y que, por lo tanto, el Estado, “al margen de los gustos personales de los gobernantes, tendrá que ofrecer la educación que los ciudadanos quieren”.

Algunas precisiones al Arzobispo de Pamplona: estos padres católicos, cuya cuantificación es una mera estimación subjetiva suya, fueron bautizados de oficio cuando carecían de conciencia y la confirmación de ese bautismo impuesto familiar y socialmente se producía en hora temprana.

Los gobernantes no gobiernan según sus gustos personales, sino que alcanzan el poder de gobernar gracias a los votos de ciudadanos conocedores de sus propuestas electorales.

La Escuela pública debe enseñar la historia básica, los principios y la trayectoria toda de las principales religiones del mundo como enseña la historia básica del país propio y de otras civilizaciones, pero la educación en la religión, el proselitismo de una religión concreta corresponde a otros ámbitos. Cuando la misa diaria formaba parte obligatoria del horario lectivo escolar, no había obispos alborotados.

Autor:
Carlos Pérez Conde ("Comentario" del "Club de las 7" de la Cadena SER en Navarra).