domingo, noviembre 13, 2005

Debate ("Meteoritos" 13/11/2005)

Debate sobre el estado de las autonomías. Promotor: el presidente Rodríguez Zapatero. Escenario: el Senado, todavía sin ajustar como cámara autonómica, mera instancia de segunda lectura de los proyectos de Ley en la configuración de las Cortes Generales. Ausente voluntario: el lehendakari Ibarretxe, de rabieta porque su plan no fue admitido a trámite como el catalán. Ausente forzoso: el presidente extremeño, Rodríguez Ibarra, aquejado de un infarto agudo de miocardio. Su ausencia evitó quizá que lo padeciera algún otro dirigente socialista. El presidente Sanz olvidó que debe serlo de todos los navarros y habló con la sensibilidad de presidente de Unión del Pueblo Navarro. Aldeano temeroso, pidió a Zapatero que aclarase si el PSN pactará o no con los nacionalistas en 2007. Sanz se confundió de foro. La respuesta a su pregunta interesa a todos, menos al propio PSN y, por extensión, al propio PSOE. La respuesta interesa e importa a Nafarroa Bai, e incluso por separado a sus distintos y diferentes componentes actuales y futuros, a Izquierda Unida, a CDN y, por supuesto, a UPN. Pero al PSN-PSOE no le interesa responderla ni la responderá hasta bien vistos sus próximos resultados electorales, a cuya prospectiva el efecto Zapatero aporta cada vez menos. Sanz afrontó el debate sobre el estado de las autonomías con excesiva perspectiva partidista: ni era el sitio y el momento para formular esa pregunta de declaración de intenciones electorales, ni para reclamar la supresión de la Disposición Transitoria Cuarta (el Parlamento de Navarra tiene que instarlo ante el Congreso de los Diputados en una reforma constitucional), ni para echar una mano al Partido Popular, que tendrá bien medidos los pros y los contras de su actual estrategia política. Sanz estaba en el debate sobre el estado de las Autonomías para defender el derecho de Navarra a promover la reforma del Amejoramiento del Fuero; para hacer valer el respeto a Navarra en un proceso de paz, sin concesiones impuestas (como la citada Transitoria lo fue en el consenso constitucional); para tratar de explicar la solidaridad contenida en nuestro Convenio económico; para reclamar que el Gobierno de turno,- ahora el socialista-, no sea partidista y sectario en las inversiones del Estado en la Comunidad Foral. La confesión de intenciones electorales sería noble, pero torpe. La supresión de la Transitoria Cuarta salpicaría al proceso de paz y afectaría a pactos en las políticas nacional, autonómica y foral. Lo que vaya a hacer el PSN-PSOE en el legítimo juego electoral,- hay ejemplos diversos en Cataluña, Galicia, País Vasco o Valencia-, es cosa de los socialistas. Y con su pan se lo comerán. No se quede hecho migas, presidente. Borre su mirada torva. No acojona. Da risa.

Autor:
Carlos Pérez Conde (Publicado en "Diario de Noticias" de Navarra el domingo 13 de Noviembre de 2005).