domingo, diciembre 04, 2005

Museo ("Meteoritos" 4/12/2005)

Puente de flores. Puente de fiestas. El puente de flores ha quedado marchito, con incierto futuro, mientras el puente de fiestas es cierto y está en el futuro más próximo. En términos pamploneses y navarros, con el precedente del puente de San Saturnino y del frustrado de San Francisco Javier, el puente es acueducto de varios arcos festivos. Entre el 26 de noviembre, sábado, y el 11 de diciembre, domingo (16 días), 7 rojillos. ¡Somos líderes insuperables en la liga de campeones del descanso! Puente, fiestas, flores. “Fiesta entre las flores” era el título del proyecto ganador del concurso internacional para la redacción del Museo de los Sanfermines, convocado por el Ayuntamiento de Pamplona y fallado a mediados de diciembre de 2001. Pocas semanas después, el 23 de enero de 2002, la sonriente alcaldesa Barcina firmó el contrato con los satisfechos arquitectos Mansilla y Tuñón y les entregó casi 300 tarjetas con sugerencias ciudadanas. Concurrieron 22 equipos de arquitectos. El ganador y los otros dos finalistas se llevaron cinco millones de las antiguas pesetas. El equipo ganador percibiría, además, el 7% del presupuesto de ejecución de la obra, cifrado en unos 2.200 millones de pesetas; o sea, unos 154 millones. Había prisa: en seis meses, el proyecto estaría listo. El jurado, del que formaba parte un representante de “Príncipe de Viana”, aprobó un proyecto al que la Institución se opondría por su afección a la muralla: el puente cubierto de flores, una pasarela transitable y habitable, unía la Rochapea con el baluarte de Parma. Sorpresa mayúscula, aunque el director general de Cultura,-Corpas, ahora consejero-, matizó que siempre dijeron que había que reformar el proyecto. La alcaldesa encomendó otro al equipo ganador del concurso. Para estas fechas, finales de 2005, el Museo iba a estar terminado según la “seguridad casi total” anunciada por el Ayuntamiento. Por el contrario, los presupuestos municipales para 2006 omiten este proyecto emblemático. El aplazamiento es sin fecha, aun a riesgo de perder las ayudas europeas para uno de los proyectos debidos a la megalomanía política de Barcina. Pilló al vuelo un par de iniciativas ciudadanas, enfrentadas entre ellas, por cierto, y las hizo suyas. Ante algunas disidencias cualificadas y algunos cachondeos de taberna, la alcaldesa tuvo la habilidad de cambiar el ostentoso nombre de Museo y lo vendió como Centro Temático de los Sanfermines, antesala de una ruta turística por el recorrido del encierro. La impopularidad de la idea ha aconsejado la devolución del toro al corral, al menos aparcarlo en chiqueros, y la presidenta Barcina ha sacado el pañuelo verde. Quizá hasta cuando el tranvía llamado deseo en el programa electoral de CDN ayude a salvar la cuesta de Curtidores.

Autor:
Carlos Pérez Conde (Publicado en "Diario de Noticias" de Navarra el domingo 4 de diciembre de 2005).