viernes, noviembre 25, 2005

Comentario: Club de las 7 (25/11/2005)

Una esperanza de futuro para un problema con pasado.

Médicos, enfermeras y administrativos de Atención Primaria están aquejados de una excesiva carga de trabajo. Una Plataforma profesional pide 10 minutos por consulta. No parece mucho pedir. El problema es más acuciante en los centros urbanos.

El otro día estuvieron en el Parlamento y dijeron las cosas claras:

Desde las primeras denuncian colectivas, que datan de hace cuatro años, la respuesta de la Administración ha sido nula; a lo sumo, un tratamiento con parches.

La filosofía de los centros de salud, implantados en 1985, se ha perdido: la idea era dedicar cinco horas de la jornada diaria a las consultas y dos a formación. La realidad es que la atención a las consultas copa toda la jornada a los profesionales, según testimonio prestado ante la correspondiente comisión parlamentaria.

La Organización Mundial de la Salud advierte de problemas a partir de las 1.300 cartillas por médico. Esa es la cantidad que reclaman, 800 en de niños en pediatría. Ahora oscilan entre 1.600 y 2.000 por médico de familia.

Los contratos por horas han aumentado. Sin derecho a docencia ni vacaciones y sin cotizar el fin de semana, su trabajo se limita a la atención al paciente.

Los centros de salud adolecen de insuficiente capacidad organizativa y de excesiva burocracia.

La consejera de Salud, María Kutz, ha respondido con el anuncio de un acuerdo con los sindicatos UGT, CCOO y Afapna, que deberá pasar a la Mesa General de la Función Pública dada su repercusión económica: redistribución de tarjetas sanitarias, incremento de la plantilla en, al menos 20 personas, y consolidación del personal que ahora no es fijo con contratos de al menos media jornada.

Ir al Parlamento ha sido fundamental para que la curandera jefe de la Comunidad Foral haya aplicado este ungüento dilatorio con un apósito para tapar las bocas de la protesta y la demanda.

La solución puede que llegue el año que viene, pero el problema está cronificado desde años atrás. La gente está contenta con la sanidad pública, esa que maquilla más que resuelve las listas de espera, y especialmente con la atención primaria. El usuario está contento, pero ha de estarlo también el dispensador de la atención. La satisfacción en el trabajo aporta calidad y calidez al trabajo.

Autor: Carlos Pérez Conde ("Comentario" del "Club de las 7" de la Cadena SER en Navarra).